Globalización

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Derecho constitucional
  • La "globalización" es un fenómeno complejo e inevitable que, dada la tecnología existente, permite el flujo libre de ideas, información, mercancías y servicios, capital e incluso personas a través de fronteras cada vez más permeables.

Comercio exterior
Derecho económico
  • ... entiendo por globalización, la interdependencia económica creciente del conjunto de los países del mundo, provocada por el aumento del volumen y de la variedad de las transacciones de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al mismo tiempo que por la difusión acelerada y generalizada de la...

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    ... entiendo por globalización, la interdependencia económica creciente del conjunto de los países del mundo, provocada por el aumento del volumen y de la variedad de las transacciones de bienes y servicios, así como de los flujos internacionales de capitales, al mismo tiempo que por la difusión acelerada y generalizada de la tecnología.

    Este fenómeno de la globalización económica, no es algo nuevo, ya que según muchos indicadores, ya se asistió a una aumento similar en la integración económica internacional en los 50 años previos a la Guerra Mundial. Ahora bien, sin embargo, el actual fenómeno presenta, entre otros, los siguientes elementos diferenciadores (FMI, 1997):

    1. En el actual proceso de globalización se encuentra implicados gran parte de los países del mundo, a diferencia de lo que ocurrió antes de 1914. El crecimiento de los flujos de bienes y servicios y de los flujos de capitales no se están registrando exclusivamente entre los países más desarrollados, sino que también los países en desarrollo, en especial determinados países asiáticos y de América Latina, han aumentado su participación en el comercio mundial (1), a la vez que se integran cada vez más en el sistema financiero global y aumenta la afluencia neta de capital (2).
    2. El volumen de operaciones que se realizan en los mercados financieros internacionales y la gran variedad de instrumentos utilizados no tiene parangón con lo acontecido en ningún otro momento histórico. 
    3. La incidencia del actual proceso globalizador no solo está teniendo incidencia en el ámbito económico, sino que también está provocando una profunda transformación en nuestras sociedades y en nuestra vidas (Castells,1997).
    4. Esta creciente globalización de la economía mundial es por tanto el resultado del aumento en la movilidad internacional de los bienes y servicios, del capital e incluso del trabajo, así como de la internacionalización de las instituciones y la mayor sensibilidad de los países por los problemas globales (contaminación, efecto invernadero, etc.).

    Notas:
    (1) La participación en el comercio mundial de los países en desarrollo ha pasado del 23 por 100 en 1995.
    (2) Las entradas netas de capitales privados a los países en desarrollo se aproximaron en 1996 a los 200.000 millones de dólares, lo que supone un crecimiento en torno al 600 por 100 respecto a una década anterior.

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Derecho económico
  • Convertido en una de las claves interpretativas del mundo contemporáneo, el concepto de globalización no es unívoco. Por el contrario, es un concepto polisémico, generalmente asociado al énfasis dado por la literatura anglosajona de los años ochenta a una nueva econo­mía política de las relaciones internacionales. Desde la última...

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    Convertido en una de las claves interpretativas del mundo contemporáneo, el concepto de globalización no es unívoco. Por el contrario, es un concepto polisémico, generalmente asociado al énfasis dado por la literatura anglosajona de los años ochenta a una nueva econo­mía política de las relaciones internacionales. Desde la última década, este concepto ha sido ampliamente utilizado para expresar, traducir y describir un vasto y complejo conjunto de procesos interrelacionados. Entre los procesos más importantes destacan, por ejemplo, la creciente autonomía adquirida por la economía en relación a la polí­tica; la emergencia de nuevas estructuras de decisión que operan en tiempo real y con alcance planetario; las alteraciones en curso de las condiciones de competitividad de empresas, sectores, regiones, países y continentes; la «desnacionalización» de los derechos, la desterritorialización de las formas institucionales y la descentralización de las formas políticas del capitalismo; la uniformización y la estandariza­ción de las prácticas comerciales a nivel mundial, la desregulación de los mercados de capitales, la interconexión de los sistemas financiero y de seguridad a escala global, la reasignación geográfica de las inver­siones productivas y la volatilidad de las inversiones especulativas; la unificación de los espacios de reproducción social, la proliferación de los movimientos migratorios y los cambios radicales acaecidos res­pecto a la división internacional del trabajo; y, finalmente, la apari­ción de un estructura político-económica multipolar que supone nue­vas fuentes de cooperación y conflicto tanto en el movimiento de capital como en el desarrollo del sistema mundial.
    La globalización tampoco es un fenómeno nuevo. Ya estaba pre­sente, por ejemplo, en los antiguos imperios, provocando sucesivos impulsos de modernización económica, cultural y jurídica. En la era moderna, se vio impulsada por la interacción entre la expansión de la cartografía, el creciente dominio de las técnicas de navegación por parte de los pueblos ibéricos y la propia evolución del conocimiento científico. Éstos fueron los factores responsables tanto de los grandes descubrimientos y de los proyectos ultramarinos de Portugal y Espa­ña a partir del siglo XV, como de las nuevas formas manufactureras desarrolladas en Génova, Venecia y otras ciudades del norte de Italia en el siglo XVI, haciendo posible el establecimiento de rutas comercia­les globales, la explotación sistemática del oro y de la plata en las Américas, el inicio de un amplio y complejo proceso de colonización y la llegada de la civilización europea a los confines de Asia. Entre los siglos XVII y XVIII esos flujos mundiales de comercio y riqueza lleva­ron a la aparición de nuevos polos de poder en Europa, con el forta­lecimiento económico, social y político de la burguesía, así como a la formación de Estados nacionales unificados y centralizados en ese continente, además de al advenimiento del mercantilismo. Más tarde, especialmente en el apogeo de la hegemonía inglesa entre finales del siglo XIX y el principio del siglo XX, ese fenómeno se vuelve objeto de un intenso debate. Es un momento en el cual el patrón oro propor­cionaba monedas automáticamente convertibles y estimulaba la crea­ción de instituciones destinadas a garantizar el librecambio y las inversiones extranjeras, aumentando significativamente el movimiento de materias primas, productos acabados, productos semiacabados, capitales y servicios entre las fronteras nacionales. El debate versaba sobre el alcance de la interconexión de las economías relevantes; sobre las consecuencias de la internacionalización de los factores de producción; sobre las nuevas funciones del capital financiero; y sobre las implicaciones políticas y sociales del imperialismo económico.

    Por todo eso, la globalización está lejos de ser un concepto origi­nal o inédito en la historia, en la sociología política, en la teoría económica o incluso en la ciencia del derecho. Aunque con otra de­nominación, puede encontrarse en textos clásicos sobre la organiza­ción de espacios económicos autosuficientes y adecuados a la natura­leza mercantil de los imperios modernos (como es el caso, por ejemplo, del conocido y respetado trabajo de Fernand Braudel sobre el Mediterráneo en tiempos de Felipe II, escrito hace casi cinco décadas). Lo que parece ser realmente nuevo es su aplicación a un proceso inédito de superación de las restricciones de espacio por la minimización de las limitaciones de tiempo, gracias al vertiginoso au­mento de la capacidad de tratamiento instantáneo de un gigantesco volumen de información; a un complejo fenómeno de interacciones transnacionales, donde la empresa privada progresivamente sustituye al Estado como actor principal, creando algo cualitativamente dife­renciado de casi todo lo que se conocía hasta ahora en materia de ordenación socioeconómica y de regulación político-jurídica; y a la avasalladora e inconstante dimensión alcanzada por los movimientos transnacionales de capital, especialmente el financiero.

    Este proceso, este fenómeno y esa hipertrofia de la dimensión financiera son los resultantes de la convergencia de distintas e importantes transformaciones institucionales, políticas, organizativas, co­merciales, financieras y tecnológicas ocurridas a lo largo de las déca­das de los setenta, ochenta y noventa.

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Derecho internacional
  • La globalización se entiende generalmente y de forma literal, en el sentido de la creación de estructuras y procesos que abarcan todo el mundo. Las personas, los bienes y las ideas se mueven cada vez más e interactúan a través, -incluso con independencia- de las fronteras nacionales y territoriales. Los mercados, la política y la cultura se...

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    La globalización se entiende generalmente y de forma literal, en el sentido de la creación de estructuras y procesos que abarcan todo el mundo. Las personas, los bienes y las ideas se mueven cada vez más e interactúan a través, -incluso con independencia- de las fronteras nacionales y territoriales. Los mercados, la política y la cultura se convierten en transnacionales, incluso mundiales, en lugar de nacionales.

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